¡Hola a todos! ¿Han oído la última? La ministra de Educación, Pilar Alegría, quiere que volvamos a la época de las cavernas… ¡prohibiendo los móviles en las aulas! Bueno, quizás no tan atrás, pero casi. ¡Vamos a desempolvar las señales de humo!
La idea es simple: nada de móviles en primaria y secundaria. Sí, has leído bien. Eso significa adiós a los selfies en los pasillos, adiós a los TikToks en el patio y, por supuesto, adiós a los whatsapps debajo del pupitre. Pero tranquilos, ¡todavía nos quedan las palomas mensajeras!
Hay una pequeña trampa. Los móviles se pueden usar si… ¡tachán! El colegio lo necesita para alguna actividad super pedagógica. Me pregunto si valdrá usar el móvil para calcular cuánto falta para el recreo.
Imagino las caras de los estudiantes cuando escuchen la noticia. Algo así como: 😱. Pero tranquilos, chicos, siempre nos quedará pasar notitas en clase, como en los viejos tiempos. Eso sí, ¡cuidado con la ortografía!
Los padres, por su parte, están divididos. Algunos ya están celebrando la idea de que sus hijos finalmente prestarán atención en clase. Otros se preguntan cómo van a sobrevivir sin mandarle un WhatsApp cada cinco minutos a su retoño.
En un giro irónico, ahora los profesores tendrán que ser más creativos que nunca para enseñar sin la ayuda de YouTube o Kahoot. ¿Volveremos a los mapas desplegables y las enciclopedias en papel? ¡Quién sabe!
En resumen, el mundo educativo está a punto de cambiar… o no. ¿Será la prohibición de los móviles en clase el inicio de una nueva era de concentración y aprendizaje, o simplemente nos daremos cuenta de que no podemos vivir sin ellos? ¡El tiempo lo dirá!