Anticorrupción investiga a Vox: ¿hucha solidaria o caja B internacional?

La Fiscalía Anticorrupción ha decidido abrir una investigación contra Vox por presunta financiación ilegal tras la denuncia presentada por el PSOE el pasado diciembre. Según los socialistas, el partido de Santiago Abascal podría haber estado utilizando métodos más propios de una colecta parroquial que de una organización política seria, con huchas estratégicamente colocadas en sus mesas informativas y aportaciones económicas que han terminado llamando la atención de la justicia.

Pero la historia no termina ahí. Según los datos aportados en la denuncia, Vox no solo habría estado recaudando fondos de manera discreta dentro de España, sino que también habría recibido un préstamo de 6,5 millones de euros de MBH Bank Nyrt, un banco húngaro vinculado al gobierno de Viktor Orbán. Algo así como pedirle dinero a un amigo poderoso con intereses geopolíticos y confiar en que nunca pase factura.

Huchas, cajas y la opacidad como filosofía

El PSOE asegura que, desde al menos 2020, en cada mesa informativa de Vox se podía encontrar una pequeña caja de caudales o una hucha donde los simpatizantes podían hacer donaciones en efectivo. Estas aportaciones, según la denuncia, no quedaban registradas de ninguna manera, sino que simplemente entraban en un misterioso limbo contable.

Los socialistas sostienen que estas prácticas podrían haber permitido la recaudación de hasta cinco millones de euros sin ningún tipo de trazabilidad. Un sistema que recuerda más a las rifas del barrio o a los sobres que circulan en ciertas bodas para ayudar a los novios a financiar la luna de miel que a un partido político con representación parlamentaria.

Desde Vox, por supuesto, niegan cualquier irregularidad. Según ellos, se trata de una maniobra política para desgastarlos, y aseguran que sus finanzas están más limpias que una cocina en un anuncio de detergente.

El misterioso préstamo húngaro

Uno de los aspectos más llamativos de la denuncia es el préstamo de 6,5 millones de euros concedido por MBH Bank Nyrt, un banco húngaro cuyo principal accionista es un fondo estatal vinculado a Viktor Orbán. De confirmarse la acusación, Vox podría haber vulnerado la ley que prohíbe a los partidos políticos recibir financiación de organismos, entidades o empresas públicas extranjeras.

La respuesta de Vox ha sido clara: ellos pidieron dinero a la banca española, pero ningún banco quiso prestarles. Una situación que, según la formación, los obligó a buscar alternativas internacionales. Lo que no han aclarado es si, además del préstamo, el banco húngaro también les ofreció una tostadora de regalo o si al menos les aplicaron una tasa de interés preferente por ser afines ideológicamente.

El problema es que esta operación financiera ha generado serias dudas sobre la independencia del partido y su posible subordinación a intereses extranjeros. Porque si algo nos ha enseñado la historia es que cuando alguien te presta millones de euros, suele esperar algo a cambio.

¿Un nuevo culebrón judicial en la política española?

Con la investigación en marcha, ahora queda por ver cuánto tiempo tardará la Fiscalía en arrojar luz sobre el caso. Si algo nos ha enseñado la política española es que estos procesos pueden durar años y acabar en cualquier cosa, desde condenas ejemplares hasta absoluciones sorpresa.

 

Mientras tanto, en Vox se preparan para lo que viene. Puede que la investigación avance y que incluso lleguen a los tribunales, o puede que todo quede en nada. Lo que está claro es que, pase lo que pase, en la política española siempre hay margen para una nueva entrega del interminable culebrón de la financiación de los partidos.

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