Cupido debió lanzar sus flechas con intereses cuando unió a Isabel Díaz Ayuso y a Alberto González Amador. No solo encontraron el amor, sino que también parecen haber tenido una relación muy productiva en el ámbito empresarial. Tan productiva, de hecho, que la justicia ha decidido investigar a González Amador por corrupción en los negocios y administración desleal. ¡El emprendedurismo está en todas partes!
La jueza Inmaculada Iglesias ha decidido que el 10 de abril será un buen día para que el novio de la presidenta madrileña haga turismo judicial en los juzgados de Plaza de Castilla. No es su primera visita, ya que previamente ha sido investigado por fraude fiscal y falsedad documental. Vamos, que el currículum se va ampliando a pasos agigantados.
Todo esto surge de una pieza separada abierta tras la denuncia del PSOE y Más Madrid, que han insistido en tirar del hilo y han encontrado posibles negocios poco claros. Entre las sospechas, se habla del uso de una sociedad instrumental para ocultar ingresos y de un pago de casi medio millón de euros que la Fiscalía considera una posible “comisión encubierta”. Algunos lo llamarían “negocios creativos”, pero parece que la justicia prefiere términos más técnicos.
Por supuesto, todo esto es solo el inicio de un proceso judicial que promete más giros que una serie de Netflix. Mientras tanto, la presidenta madrileña sigue en su trinchera, denunciando conspiraciones y ataques. Lo que es seguro es que este caso seguirá dando titulares.