Móstoles está viviendo una peculiar transformación esta Navidad. El Paseo de la Memoria, espacio inaugurado en 2017 para recordar a las víctimas del fascismo, ahora luce más festivo que nunca. Juegos infantiles, espectáculos circenses, luces navideñas y música animan la zona, convirtiéndola en un vibrante parque temático. Sin embargo, este toque “mágico” ha desatado una tormenta política y social, con algunos aplaudiendo la iniciativa y otros llevándose las manos a la cabeza.
Según la Agrupación Republicana de Móstoles, esta transformación representa un “acto de menosprecio hacia las víctimas”. En un comunicado cargado de indignación, han señalado que “la ultraderecha baila sobre las víctimas del fascismo”, en alusión al Gobierno local conformado por PP y Vox. Desde esta agrupación denuncian que la nueva función del espacio no solo ignora su significado histórico, sino que también podría vulnerar la Ley de Memoria Democrática, que prohíbe menoscabar elementos simbólicos dedicados a las víctimas de la dictadura franquista.
La polémica no se queda ahí. Más Madrid, en tono menos beligerante pero igual de crítico, ha pedido al Ayuntamiento que reubique las actividades navideñas para respetar el carácter conmemorativo del Paseo. “Nadie se plantearía organizar un evento festivo en el Monumento a las Víctimas del Terrorismo. ¿Por qué el Paseo de la Memoria merece un trato diferente?”, cuestionan desde la formación.
Por su parte, el Gobierno local ha optado por el silencio. En medio de la controversia, algunos vecinos se dividen entre quienes disfrutan del ambiente navideño y quienes creen que un espacio de memoria histórica no es el lugar adecuado para un carrusel o una función de circo.
La situación también ha reabierto debates sobre el mantenimiento de estos espacios. Según las denuncias, las placas con los nombres de las víctimas han sufrido vandalismo y robos desde su instalación, sin que el Ayuntamiento haya reparado los daños. Para la Agrupación Republicana, esta falta de cuidado refleja un abandono progresivo que, con la llegada de PP y Vox al poder, ha culminado en esta peculiar reinterpretación del lugar.
Así, mientras las luces navideñas iluminan la polémica, la pregunta queda en el aire: ¿es esto un intento de “modernizar” la memoria histórica, o simplemente un malentendido decorativo con tintes políticos? Por ahora, el Paseo de la Memoria se queda como está: entre el homenaje solemne y el espíritu navideño más festivo.
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