Ferrovial se ha convertido en la última gran compañía española en trasladar su sede social a Países Bajos, y lo ha hecho por una razón muy clara: las ventajas fiscales que ofrece este país. A pesar de las críticas que ha recibido por parte de algunos expertos y políticos holandeses, lo cierto es que Ferrovial está haciendo lo que cualquier empresa sensata haría en estas circunstancias, asegurar su futuro y maximizar sus beneficios.
Es cierto que Países Bajos ha sido señalado en varias ocasiones como un “agujero negro” por el que la UE pierde miles de millones de euros en ingresos fiscales. Pero también es cierto que España no se encuentra en una posición mucho mejor. En los últimos años, nuestro país ha experimentado una inseguridad jurídica y fiscal sin precedentes, lo que ha llevado a muchas empresas a buscar refugio en otros lugares.
Las empresas no buscan evadir impuestos, sino pagarlos de forma justa y equitativa. Sin embargo, cuando las condiciones fiscales son cambiantes e imprevisibles, las empresas se ven obligadas a tomar medidas para proteger sus intereses y los de sus accionistas. En este sentido, Países Bajos ofrece una estabilidad fiscal y jurídica que España no puede garantizar en estos momentos.
Por otra parte, la presión fiscal en España es cada vez mayor, y las empresas se ven obligadas a pagar cada vez más impuestos. Además, la carga fiscal recae de forma desigual sobre las empresas, lo que crea una competencia desleal y perjudica a aquellas que operan en nuestro país. En este contexto, no es de extrañar que muchas empresas estén buscando alternativas.
Por todo ello, el traslado de la sede social de Ferrovial a Países Bajos es una decisión lógica y sensata. No solo les permitirá cotizar en Bolsa en Estados Unidos, sino que también les brindará la estabilidad fiscal y jurídica que necesitan para seguir creciendo y prosperando.
Desde luego, lo que seguro no podemos esperar es que el estado español se de cuenta del agujero fiscal, político, legal y laboral en el que nos está metiendo y cambie de rumbo para salir de él. Mientras tanto, seguro que otras empresas españolas siguen el ejemplo de Ferrovial y encuentren en Países Bajos (u otra sede) el refugio que necesitan para continuar operando de forma eficiente y rentable.
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