En un capítulo más de la telenovela política española, la sindicalista Afra Blanco ha respondido con un aire fresco y un toque de ironía a las palabras de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien recientemente soltó un comentario que más bien parecía un guiño a la comedia argentina. Todo empezó cuando Ayuso decidió abrir el telón y lanzar un monólogo en respuesta a unas declaraciones del ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente. Puente había acusado al presidente argentino, Javier Milei, de tener un “problema de alimentación de sustancias”. Como era de esperar, el tema se convirtió en un culebrón internacional, con la Oficina Presidencial de Argentina respondiendo con un plot twist cargado de drama político. Pero Ayuso, siempre lista para sacar una línea ingeniosa, decidió tomar la escena para sí misma y lanzar un comentario que haría temblar de risa hasta al guionista más serio. Según ella, los argentinos que participaron en las elecciones municipales estaban advirtiendo a España sobre la peligrosa influencia peronista que se avecinaba. Y como un final de temporada impactante, afirmó que España había importado el peronismo, ¡como si fuera una moda pasajera de ultramar! Pero Blanco, que parece tener el guión en la mano, no se quedó atrás en el juego del ingenio político. Con una sonrisa irónica, recordó a Ayuso algunas de las joyas retóricas que han salido de su propio partido. ¿Cuántas veces, preguntó Blanco, la señora Ayuso ha pedido perdón por sus propios exabruptos, como llamar “hijo de puta” al presidente de España? Y ¿qué hay de su compañero Almeida, repartiendo carnés de dimisión como si fueran volantes en una calle concurrida? Con un toque de sarcasmo, Blanco invitó a Ayuso y a su partido a inscribirse en la “Escuela de Modales Políticos”, donde podrían aprender el arte de la diplomacia y el respeto mutuo. Mientras tanto, los espectadores esperan ansiosos el próximo episodio de este drama político español, con la esperanza de que, al menos por un momento, reine la cordura y se apague la luz de los reflectores de la comedia involuntaria.
LA ESCUELA DE MODALES POLÍTICOS
