La Extinción Infantil en las Calles

En un pasado no muy lejano, las calles eran lo último para los pequeños aventureros. Sin embargo, en el mundo actual, los niños parecen decididos a alejarse de las zonas urbanas y sumergirse en el fascinante mundo virtual de las redes sociales y los videojuegos.

 Las calles que alguna vez estuvieron repletas de risas y travesuras infantiles ahora son testigos de una especie de extinción.

 Soy un niño callejero.

 Una vez, los niños corrían por las calles, sus risas resonaban en el vecindario y las aceras se convirtieron en una pista de carreras improvisada.

 La única competencia que tienen ahora es competir en línea para obtener la mayor cantidad de Me gusta en sus publicaciones de Instagram.

 La calle ya no es un patio de recreo, sino un lugar de ruinas, donde  bicicletas oxidadas y  patines olvidados se convierten en monumentos de una época perdida.

 La plaza en fue una vez un campo de batalla para batallas acuáticas épicas  y escondites interminables.

 Hoy en día, las plazas son más conocidas como lugares de encuentro fugaces para personas que caminan mientras miran sus teléfonos, ajenos a su entorno.

Los niños que alguna vez fueron maestros de la improvisación y la creatividad en la calle ahora son expertos en encontrar el filtro perfecto para sus selfies.

 Las calles donde alguna vez se formaron amistades y se libraron innumerables batallas en equipo ahora son desiertos desolados, con solo  el sonido ocasional de autos pasando.

 Lo que alguna vez fue un animado patio de juegos lleno de risas ahora es un lugar solitario con columpios que  se balancean al viento y nadie que lo disfrute.

 Se dice que los niños están desapareciendo en las calles debido a la tecnología.

 Los niños de hoy prefieren desafiar a sus amigos a un partido en línea desde la comodidad de sus hogares que jugar a la pelota en la acera.

 Los juegos tradicionales como la rayuela y el escondite están siendo reemplazados por aplicaciones que ofrecen experiencias virtuales más emocionantes.

 Los padres que recuerdan una infancia en la que las calles eran su dominio están intentando devolver a sus hijos  al mundo real.

 Sin embargo, los niños resisten el atractivo de la calle por el deseo de ganar seguidores y me gusta, viéndola como un territorio inexplorado e irrelevante en comparación con la jungla digital.

 Es decir, los niños han dejado de divertirse en las calles y se han convertido en una especie en peligro de extinción.

 Mientras tanto, las calles, antaño llenas de risas y alegrías infantiles, esperan pacientemente el regreso de los pequeños aventureros que una vez  conquistaron.

 ¿Volverá a sonar la risa de los niños en las calles o será condenada como una mera reliquia de un pasado olvidado?

 sólo el tiempo dirá.

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