Visiblemente feliz y emocionada, la Princesa Leonor ha protagonizado hoy el acto en solitario más importante de los cuatro que ha realizado, y uno de los más personales, ya que comienza a despedirse del año que ha pasado en Zaragoza. La Heredera ha recibido las Medallas de las Cortes de Aragón y el título de hija adoptiva en una mañana llena de simbolismo, en la que ha querido agradecer el cariño recibido durante este tiempo.
Doña Leonor ha recordado que el pasado 17 de agosto llegó a Zaragoza “con ilusión y muchas ganas de aprender y conocer”. Pero pasado el curso, el balance es muy positivo: “Lo que he vivido aquí supera con creces lo que pensaba hace diez meses. Me he sentido en casa, acogida y acompañada en una tierra que siempre formará parte de mi vida”, ha señalado.
Las semanas en Zaragoza se agotan para la Princesa, quien solo tiene cinco semanas más para recibir su despacho de alférez. La heredera al Trono llegó siendo una niña que ingresaba en un mundo desconocido: el de la Academia General Militar. “No solo me he formado como cadete, sino que descubrir la exigencia académica, intelectual y física me hace apreciar aún más al Ejército de Tierra y a nuestras Fuerzas Armadas”.
Leonor ha puesto a Zaragoza en el mapa internacional y ha pasado nueve meses de formación en la AGM. Pero las semanas pasan y en apenas un mes y medio, la primogénita de Felipe VI recogerá su petate y se marchará de Zaragoza con el empleo de alférez en mano. “Les aseguro que lo que vivimos mientras nos formamos en la Academia nos une para siempre y nos hace crecer y madurar. Aquí hemos aprendido mucho”, ha confesado.
La ciudad y la comunidad autónoma han querido despedirla con honores. La cita se ha convertido, además, en una ocasión para recorrer los lugares históricos de la Corona de Aragón. Así, a las 10 de la mañana todo estaba preparado en el palacio de la Aljafería. Uno de los tres edificios que quedan de la arquitectura hispanomusulmana de los Taifas, que luego pasó a ser sede de la Corona de Aragón y, en 1492, residencia de los Reyes Católicos, esperaba a Doña Leonor como ya aguardó a su padre hace cuatro décadas. Media hora después, la Princesa de Asturias aparecía. Vestía su uniforme de dama cadete y caminaba segura y con aplomo.
Para no restar protagonismo a la Heredera, Doña Letizia no tiene agenda y Felipe VI solo tenía programada una audiencia con los comisarios participantes en la reunión anual de la Comisión Internacional Contra la Pena de Muerte. Eso ha permitido al Monarca prestar a la Heredera a gran parte del equipo que dirige la Casa Del Rey. Le acompañó en todo momento Camilo Villarino, jefe de la Casa del Rey; el jefe de Protocolo, Francisco de Lizaur; y el de comunicación, Jordi Gutiérrez. Iba también acompañada por la ministra de Defensa, Margarita Robles, como ministra de jornada.
A su llegada, fue recibida por el presidente de Aragón, Jorge Azcón, y la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca. Desde la entrada se dirigieron al patio de Santa Isabel, como marca la tradición. Fue ahí donde la Princesa recibió la Medalla de las Cortes de Aragón, una distinción que su padre recibió en 1986 vestido de caballero cadete. A pesar de ser un acto castrense, han optado por esta fórmula porque las distinciones están vinculadas a su paso por la Academia. La presidenta de las Cortes, Marta Fernández, se la ha impuesto después de que se leyera el decreto correspondiente. Luego, la Princesa se dirigió al salón de los Reyes Católicos, donde firmó en el libro de oro.
Tres cuartos de hora después la Princesa de Asturias llegaba a la plaza del Pilar, rodeada de vallas y atestada de curiosos que querían ver de cerca a Leonor. La heredera ya fue fotografiada en esa plaza el pasado 6 de octubre cuando, junto al resto de damas y caballeros cadetes, se presentaron ante la Virgen del Pilar.
En esta ocasión, la hija de Felipe VI ha acudido a la plaza para recibir el título de hija adoptiva de Zaragoza. Una distinción que fue aprobada en el consistorio zaragozano el pasado 25 de abril para dejar constancia del afecto de la ciudad por la Princesa, “valorar lo que representa la capital aragonesa y toda España y agradecer su vinculación con la ciudad”, y que la Princesa ha recibido de manos de su regidora.
Doña Leonor recorrió a continuación a pie los metros que separan la plaza de la Seo del Salvador. Allí fue recibida por el Gobierno de Aragón y dos expresidentes, Javier Lambán e Hipólito Gómez de las Roces. Antes de entregarle la Medalla de las Cortes de Aragón, el presidente Azcón destacó que “los aragoneses caminamos en nuestro quehacer diario con la tranquilidad de las gentes de bien y las personas leales, al lado de la Constitución, marcados por la experiencia vital de quienes no tienen nada que ocultar y de quienes defienden a carta cabal los irrenunciables principios de unidad e igualdad”
Doña Leonor ha agradecido en sus palabras el trato de los aragoneses durante este año. “He sentido el respeto y la amabilidad. Su apoyo ha sido y está siendo continuo. Estoy muy agradecida por lo que he vivido aquí este tiempo y lo que me está dando esta ciudad”, ha asegurado la Princesa, quien ha dicho sentirse “una aragonesa más”. Doña Leonor ha terminado la Jornada en el museo Alma Mater de Zaragoza, donde han ofrecido un cóctel para más de un centenar de invitados, que pudieron departir con la Princesa durante cerca de una hora.