Análisis ácido de la rebaja de pena a un miembro de La Manada gracias a la ley del “sólo sí es sí”, enmarcando la decisión dentro del circo judicial español.
Cada vez que crees que la justicia ha llegado al punto de no retorno, se produce un giro inesperado. Y, a veces, no precisamente para mejor. La última sorpresa nos la brinda el Tribunal Superior de Justicia de Navarra. Pero claro, ¿qué esperábamos?
Ángel Bouza, miembro de La Manada y protagonista de una de las historias más controvertidas de España en los últimos años, ve su pena reducida de 15 a 14 años de prisión gracias a la aplicación de la ley del “sólo sí es sí”. Y te preguntarás, querido lector, ¿esa no es la ley que nació a raíz del repudio y manifestaciones contra la sentencia inicial de La Manada? ¡Exacto!
Las calles hirvieron, la sociedad se indignó, y el Supremo tomó nota, elevando las condenas al entender que sí hubo agresión sexual. Pero como si de un chiste de mal gusto se tratara, esa misma ley que buscaba proteger, ahora reduce la pena de uno de los agresores más mediáticos del país.
Así funciona España, damas y caballeros. Un país donde una ley que se crea para proteger a las víctimas termina beneficiando a los agresores. Más de 1.100 agresores sexuales ven reducidas sus penas y 117 son liberados antes de tiempo. Un aplauso por la ironía y el surrealismo del sistema judicial.
Pero, no te distraigas con este único caso. En el rincón del absurdo, Rubiales ha sido citado a declarar por lo de Jeni Hermoso. Ah, y no olvidemos al valiente antidisturbios que ha denunciado a una manifestante por regalarle un beso durante el famoso referéndum del 1 de octubre en Cataluña. ¿Necesitas más absurdos? ¿Qué tal el detenido por manosear a una reportera en pleno directo televisivo