Si pensabas que el mercado del alquiler en España ya había alcanzado su punto máximo de locura, prepárate para sorprenderte. Un nuevo anuncio en Idealista nos recuerda que siempre hay margen para rizar el rizo en la especulación inmobiliaria. Esta vez, se trata de una “oferta” que difícilmente puede llamarse vivienda: una habitación por 320 euros al mes sin acceso a cocina ni a lavadora y, por si fuera poco, con una condición tan insólita como absurda: solo se acepta a inquilinos que trabajen de noche. Sí, así como lo lees. Si eres una persona con horario diurno, lo sentimos, pero este zulo no es para ti.
Pero, espera, que hay más. Para acceder a este maravilloso cubículo sin derecho a cocinar ni a lavar tu ropa, también tendrás que demostrar que llevas al menos dos años con un contrato de trabajo. Un requisito bastante curioso para alguien que, recordemos, busca alquilar una sola habitación sin más comodidades que cuatro paredes y un techo. No está claro si el propietario quiere evitar inquilinos precarios o simplemente prefiere asegurarse de que el sufrimiento tenga un mínimo de estabilidad contractual.
Este tipo de anuncios han dejado de ser una rareza para convertirse en el pan de cada día. Casetas prefabricadas a 600 euros, minipisos donde apenas cabe una cama, alquileres que exigen pagos incluso para visitar la vivienda… En un contexto así, 320 euros por un espacio donde solo puedes dormir (y si es de día, mejor que ni respires) parece casi una oferta razonable. Pero no lo es. Es simplemente otra muestra del sinsentido en el que se ha convertido el derecho a la vivienda en España.
Las redes han estallado en indignación tras la difusión de este anuncio. “¿320 euros por un nicho sin cocina ni lavadora? ¡Por ese precio mínimo exijo ser momificado!”, ironizaba un usuario de Twitter. Otro comentaba: “Ahora entiendo cuando mi madre decía que tenía que encontrar trabajo estable para poder independizarme… Se refería a poder pagar 320 euros por ser inquilino a tiempo parcial”.
Mientras tanto, los responsables políticos siguen dando soluciones que parecen sacadas de un sketch de humor. Sin ir más lejos, hace poco Mariano Rajoy afirmaba en El Hormiguero que la clave para solucionar el problema de la vivienda era “dar más libertad a los empresarios”. Y visto lo visto, lo están consiguiendo: libertad para alquilar habitaciones en condiciones indignas, libertad para subir los precios hasta el absurdo, libertad para tratar a los inquilinos como si fueran clientes de un hotel de mala muerte… Pero de regular y garantizar el acceso a la vivienda, ni hablamos.
Así que, si estabas buscando una habitación en la que no puedas cocinar, lavar la ropa ni existir fuera de un horario específico, enhorabuena, el mercado tiene algo para ti. Eso sí, prepárate para competir con otros candidatos, porque con los requisitos que piden, encontrar un inquilino apto para esta maravillosa oferta será casi más difícil que conseguir una hipoteca.