Esta semana, el presentador de El Hormiguero, Pablo Motos, ha entrevistado tanto al actual Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como al líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. Ambas entrevistas han generado reacciones, y, de hecho, las críticas hacia la habilidad de Motos como entrevistador han sido bastante pronunciadas.
En la entrevista con Pedro Sánchez, la sensación generalizada parece ser que Motos no estuvo a la altura. Algunos comentarios en las redes sociales y en la prensa señalan que el presentador no fue capaz de mantener un buen ritmo en la entrevista y permitió que el Presidente dominara la conversación
La crítica más común es que Motos careció de la incisividad necesaria para entrevistar a un político de la talla de Pedro Sánchez, en lugar de esto, fue retratado como un saco de boxeo al que el Presidente golpeaba con respuestas afiladas y bien formuladas. Esta visión de una entrevista desbalanceada fue reforzada por la sensación de que Motos no fue capaz de mantenerse al ritmo de Sánchez, quien se mostró enérgico y participativo durante toda la entrevista.
Por otro lado, la entrevista de Motos con Alberto Núñez Feijóo pareció ser una experiencia muy diferente. En lugar de un intenso duelo de palabras, la entrevista con Feijóo parecía más un juego de softball, con preguntas fáciles y una actitud muy cómoda por parte del presentador
Motos pareció evitar cualquier tema conflictivo, suavizando las preguntas y evitando confrontar a Feijóo con cuestiones polémicas. También se le critica por no haber preguntado acerca del salario de Feijóo como secretario del PP, un punto que podría haber sido de interés para muchos espectadores.
En resumen, la habilidad de Pablo Motos para realizar entrevistas políticas ha sido cuestionada esta semana. En el caso de Pedro Sánchez, la crítica es que no fue lo suficientemente incisivo y permitió que el Presidente dominara la entrevista. Con Feijóo, la crítica es que la entrevista fue demasiado suave, y que Motos no planteó preguntas desafiantes.
Estos incidentes resaltan la importancia de la preparación y la objetividad en las entrevistas políticas, independientemente de la plataforma o del entrevistador. Sin una línea de cuestionamiento clara y una voluntad de presionar a los entrevistados en temas importantes, las entrevistas pueden parecer insustanciales y sesgadas, lo cual parece ser el caso de las recientes entrevistas de Motos.