Esta semana, Isabel Díaz Ayuso ha tenido que lidiar con un desliz político incómodo: el PP y Vox permitieron, por un “error gravísimo”, que se aprobara una enmienda en el Congreso para rebajar penas a etarras. Aunque Ayuso reconoció el fallo, no perdió la oportunidad de culpar al Gobierno de Sánchez por aprovechar la situación, afirmando que “se contribuye con el entorno de ETA”.
Lo curioso es que en el PP nadie parece asumir la responsabilidad directa del despiste. Las culpas se reparten entre los servicios jurídicos y la Comisión de Justicia, dejando claro que se trató de un “error generalizado”, ese clásico truco político donde al final, nadie tiene realmente la culpa. Eso sí, Ayuso asegura que están “intentando solucionarlo” en el Senado.
Como guinda, el esperado encuentro entre Ayuso y Sánchez en Moncloa sigue en el aire. Pero, claro, solo se producirá si hay un orden del día acordado, porque después de este lío, sorpresas ya no, por favor.