De todas las pesadillas políticas que Carlos Mazón pudo imaginar, probablemente ninguna incluía a Francisco Camps. Pero la vida da muchas vueltas, y el expresident de la Generalitat (2003-2011), absuelto de su último proceso judicial, ha vuelto con ganas de reclamar su sitio en el Partido Popular valenciano.
En pleno temporal de lluvias en el País Valencià, Camps ha decidido que es el momento ideal para pedir un congreso en el PP autonómico y exigir que “la militancia tenga voz” en las decisiones del partido, evitando que “se tomen desde Madrid”. En otras palabras: Mazón, el futuro del PP no eres tú.
Este retorno no ha sido improvisado. Desde que en mayo de 2024 quedó libre de causas judiciales, Camps ha ido tejiendo su vuelta, primero con pequeños actos y, más recientemente, con la presentación de su libro Reenfocando España, rodeado de las caras clásicas del PP. Al principio, su regreso era visto como un capricho nostálgico, pero ahora, con Mazón debilitado y las encuestas virando, la militancia empieza a escucharle con más atención.
El panorama ha cambiado drásticamente. Hace un año, el PP valenciano celebraba su vuelta al poder tras dos legislaturas de gobiernos de izquierdas. La única duda era si en 2027 gobernarían en solitario o necesitarían otra vez a Vox. Pero la DANA política ha arrasado con esas certezas, y ahora, la idea de una mayoría absoluta del PP parece un sueño lejano, mientras que la izquierda vuelve a oler sangre.
Y Camps lo sabe. Lo que en septiembre de 2024 era un modesto acto con una docena de fieles en Alacant, ahora es un tour de presentaciones con aforo completo y viejas glorias del partido aplaudiendo. Su próxima parada será en la misma ciudad, el feudo de Mazón, con la exalcaldesa Sonia Castedo como maestra de ceremonias.
¿Es Camps una amenaza real para Mazón? En términos electorales, cuesta imaginarlo. Aunque la justicia le ha exonerado de la trama Gürtel, su imagen sigue atada a los años del despilfarro y la corrupción, con momentos icónicos como su foto en un Ferrari o el célebre “amiguito del alma, te quiero un huevo” dedicado a Álvaro Pérez El Bigotes. Pero lo cierto es que, a día de hoy, nadie ha igualado su 53,27% de votos en 2007 ni el 50,67% con el que revalidó la mayoría absoluta en 2011.
El PP valenciano está en crisis. Mazón depende de un Vox que tampoco atraviesa su mejor momento tras su reciente explosión interna en València. Algunos ven en esta pugna un eco de la vieja rivalidad entre campsistas y zaplanistas, pero el problema para Mazón es más inmediato: Camps no necesita ganar unas elecciones para hacerle daño. Solo necesita mover suficiente ficha para acelerar su caída.
Mazón aún es president, pero el ruido a su alrededor no es el de una maquinaria en marcha, sino el de las sillas empezando a moverse. Y Camps, desde luego, no piensa quedarse sentado.