Si algo nos ha enseñado la política española es que los puestos de trabajo en instituciones públicas pueden aparecer de la nada como setas en otoño. Y si no, que le pregunten a David Sánchez, hermano del presidente del Gobierno, quien, tras siete años de discreto desempeño en la Diputación de Badajoz, ha decidido dimitir porque el “nivel mediático” del caso en el que está imputado lo tiene “emocionalmente superado”.
Porque claro, nadie podía prever que, siendo el hermano del presidente y ocupando un cargo creado bajo circunstancias tan peculiares que hasta la jueza ha levantado una ceja, en algún momento alguien hiciera preguntas incómodas. Total, ¿quién iba a sospechar de un puesto que nació, creció y aparentemente murió sin que nadie lo sustituyera cuando su ocupante estaba de baja? ¿Casualidad? ¿Magia administrativa? No lo sabemos, pero lo que sí sabemos es que David Sánchez ha optado por la vía de escape clásica: el portazo elegante y la retirada estratégica.
Por supuesto, esta historia no estaría completa sin su dosis de suspense judicial. La jueza Beatriz Biedma, en un guion digno de serie de HBO, sigue tirando del hilo y no descarta nuevos giros de trama. De momento, ha ampliado la investigación y ha pedido información sobre conexiones y correos electrónicos que podrían revelar que en esta partida de ajedrez laboral, las fichas estaban moviéndose mucho antes de que nadie lo supiera.
Mientras tanto, el concurso de Ópera Joven 2025, ese gran proyecto en el que Sánchez centraba su actividad, ha quedado desierto. ¿Será que sin él no es lo mismo? ¿O simplemente que, sin el cargo que lo justificaba, ya no había necesidad de montarle el escenario? Preguntas, preguntas.
Así que aquí estamos, con un hermano de presidente dimitiendo, una investigación en marcha y una plaza que, a falta de sustituto, podría quedar en el limbo administrativo. Porque si algo nos deja esta historia, más allá del drama, es la confirmación de un principio fundamental del ecosistema laboral español: algunos puestos aparecen como por arte de magia… pero desaparecer, desaparecen todavía más rápido.