En un mundo donde las películas y series de televisión no se cansan de hacer remakes, David Meca decidió que también era hora de volver a repetir un clásico: su icónica fuga de Alcatraz . Y como buen protagonista, no podía simplemente quedarse con la versión original de 1999. No, eso sería demasiado simple para el hombre que lleva 25 años desafiando las aguas más imposibles del mundo. Esta vez, Meca, con la misma energía que a sus 50 años se ha convertido en su marca personal, volvió a zambullirse en las traicioneras aguas de la bahía de San Francisco, en un viaje que ha sido mucho más que una mera repetición de un logro.
Un remake acuático con más acción.
En su primera fuga , David Meca se lanzó a las aguas con un mensaje claro: la lucha contra una sanción por dopaje. Con grilletes en las piernas y todo el drama que rodeaba el asunto, el nadador español simbolizó con este reto su combate personal. 25 años después, decidió no solo repetir la hazaña sino complicarla un poco más. Como si 7,9 kilómetros no fueran suficientes, Meca amplió el recorrido nadando hasta el icónico Golden Gate , lo que demuestra que para él, la distancia no es un problema, sino una oportunidad para añadirle más emoción.
Una apuesta entre amigos… y un tiburón imaginario
En esta ocasión, la “fuga” no tenía detrás ninguna protesta personal ni mensaje reivindicativo. No, esta vez, la razón fue mucho más sencilla y humana: una apuesta entre amigos . Al parecer, alguien se atrevió a insinuar que Meca, con 50 años, ya no estaba en forma para realizar tal proeza. ¿La respuesta? “No había huevos”, dijeron. Y como era de esperar, David, con su espíritu competitivo y retador, no solo ganó el desafío, sino que lo hizo con estilo. “Me dijeron que no estaba en forma y no había huevos para conseguirlo… Así que me lancé al agua”, confesó entre risas.
La travesía no fue un paseo por el parque. Con una temperatura en el agua de 14ºC , fuertes corrientes que intentaban arrastrarlo y la famosa niebla del Golden Gate haciendo su aparición, Meca tuvo que esperar hasta el mediodía para lanzarse. Para agregar más tensión al asunto, después de completar la hazaña, le contaron que en esas aguas se habían visto tiburones blancos en fechas recientes. “Menos mal que me lo dijeron después, porque yo no vi ninguno”, comentó con su habitual sentido del humor.
De Alcatraz al mundo: el legado de un nadador incansable
Lo curioso de esta segunda fuga de Alcatraz no es solo que demuestra que David Meca sigue siendo una fuerza imparable en el agua, sino que también es un tributo a una vida de desafíos y superación. No hay que olvidar que este nadador ha hecho historia no solo por sus dos “fugas” de la prisión más famosa del mundo, sino también por hazañas como su triple cruce del Estrecho de Gibraltar y la conquista del Canal de la Mancha . Durante años, Meca ha sido un referente mundial en la natación de larga distancia, alcanzando la cima del deporte en 1998, 2000 y 2005.
Con cada desafío, nos recuerda que la verdadera prisión está en los límites que nos imponemos. Meca, a sus 50 años, sigue rompiendo las barreras físicas y mentales que muchos considerarían inquebrantables. Si bien Alcatraz sigue siendo sinónimo de un lugar de alta seguridad, para este nadador, parece ser solo una piscina con vistas al Golden Gate.
¿Qué sigue para Meca?
Después de repetir esta fuga histórica, la pregunta inevitable es: ¿Qué será lo próximo? Si hay algo que sabemos de David Meca es que nunca se detiene. Quizás decida cruzar otro estrecho, nadar en las aguas del Ártico o quién sabe, tal vez intente nadar desde la Luna (si alguien lo sugiere, seguro que lo considera). Lo que está claro es que, mientras la mayoría de nosotros planeamos ver películas en el sofá a los 50, Meca sigue buscando nuevos desafíos, y si estos incluyen tiburones y aguas heladas, ¡mejor aún!
David Meca nos recuerda que la vida, como el agua, siempre fluye, y que solo hay una dirección para ir hacía adelante.