La tensión comercial entre Estados Unidos y Europa vuelve a escalar tras el último anuncio de Donald Trump. El presidente estadounidense ha decretado que, a partir del 2 de abril, cualquier país que compre petróleo o gas a Venezuela deberá pagar un arancel del 25% en sus transacciones comerciales con Washington. Esta medida afecta directamente a España, que mantiene acuerdos energéticos con el país latinoamericano.
Ante esta decisión, la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, ha respondido con firmeza en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. “Las guerras comerciales no benefician nunca a nadie. Es oportuno que sigamos trabajando en una buena relación con EE.UU.”, ha señalado. No obstante, ha dejado claro que España y la Unión Europea no se quedarán de brazos cruzados:
“Si esos aranceles afectan directamente a los sectores productivos de nuestro país y a productos españoles y europeos, como ya ha sucedido en el caso del acero y el aluminio, Europa y España trasladarán una respuesta contundente de defensa de los productos y los productores españoles.”
Un desafío para la UE y un giro en la estrategia española
La política comercial de Trump, marcada por el proteccionismo y las amenazas arancelarias, ya ha generado fricciones con la Unión Europea en el pasado. En este contexto, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha insistido en la necesidad de una respuesta conjunta desde Bruselas. “Es el momento de dar la cara por Europa”, afirmó recientemente en un acto empresarial, en alusión a las tensiones comerciales con EE.UU.
España, además, está apostando por diversificar sus relaciones comerciales. China e India han emergido como socios estratégicos clave en esta nueva etapa. De hecho, Sánchez tiene previsto viajar a China en las próximas semanas, en lo que será su tercera visita al país en los últimos dos años. Esta estrategia busca reducir la dependencia de los mercados tradicionales y fortalecer la presencia de España en economías emergentes con gran potencial de crecimiento.
Por ahora, queda por ver cuál será la reacción concreta de la Unión Europea y del Gobierno español ante esta nueva amenaza comercial de Trump. Pero lo que está claro es que España no está dispuesta a ceder sin más ante una medida que podría afectar gravemente a sus intereses económicos.
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