En la última entrega del siempre vibrante escenario político español, Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular, ha salido a defender a Isabel Díaz Ayuso tras su ya famoso plantón a Pedro Sánchez. Con una declaración que pasará a los anales de la política, Feijóo ha proclamado: “¿Cómo no voy a respaldar a Ayuso?”. Porque claro, ¿cómo no hacerlo? Aunque hace apenas un mes calificara esta misma decisión como un error.
Ayuso, siempre en el ojo del huracán, ha decidido no acudir a la reunión de presidentes autonómicos convocada por Sánchez. ¿Su justificación? No puede “ser parte de esa foto de la normalidad”. Y, claro, ¿quién querría? Para ella, cumplir con sus responsabilidades como presidenta autonómica es secundario ante algo mucho más elevado: sus principios. Porque, según sus propias palabras, “no pienso en mí, estoy haciendo lo que considero conveniente”. Ayuso no es una política como las demás, es una política con visión, aunque esa visión parezca ir siempre a contracorriente.
Ante este escenario, Feijóo, como buen líder de partido, ha decidido cerrar filas en torno a la baronesa madrileña. A pesar de las críticas internas y la incomodidad que su postura genera en otros presidentes autonómicos del PP, Feijóo ha hecho lo que tenía que hacer: respaldar a Ayuso, aunque cueste entenderlo. Y, cuando los periodistas le han pedido explicaciones, su respuesta ha sido la más lógica posible: “No podemos explicarlo mejor”. Una frase que, por su sencillez, podría convertirse en el lema no oficial del PP.
Mientras Ayuso sigue firme en su postura de no ser parte de la “normalidad”, el resto de los presidentes del PP acuden diligentemente a la Moncloa, viendo en ello una “obligación institucional”. Sin embargo, en el mundo de Ayuso, las obligaciones son relativas, y la foto es mucho más que una simple instantánea: es un símbolo de lo que ella no está dispuesta a aceptar.
La lealtad de Feijóo no es casual. Su frase “¿Cómo no voy a respaldar a Ayuso?” es casi un eslogan de campaña. Porque si hay algo que Feijóo tiene claro, es que en el delicado equilibrio de poder dentro del PP, Ayuso juega un papel crucial. Y aunque su decisión de desmarcarse pueda generar fricciones, el líder del partido parece dispuesto a navegar las aguas turbulentas que Ayuso deja a su paso.
En resumen, el plantón de Ayuso se ha convertido en un nuevo episodio del espectáculo político del PP, con Feijóo desempeñando el papel del fiel compañero que, aunque no lo entienda del todo, no puede más que seguir a su estrella más brillante. Porque, al final, en la política del plantón, Ayuso marca el paso, y Feijóo, aunque a veces con dudas, siempre estará allí para respaldarla.
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