Feijóo y Sánchez: Duelo de Titantes en la España del Siglo XXI

En un alarde de diplomacia política propia de una película de Tarantino, Alberto Núñez Feijóo se dirigió a Pedro Sánchez con un comentario que quedará grabado en los anales de la historia (o al menos en las tertulias del bar de la esquina): “Se rumorea que usted es el líder supremo. No se ha presenciado algo semejante desde la era de Franco”. Por supuesto, no sabemos si lo dijo con una sonrisa pícara o si ya estaba sacando el uniforme militar del baúl, pero lo que sí es seguro es que el comentario fue una joya del surrealismo político español.

Imagínense por un momento: la escena podría haber sido parte de un sketch de Polònia o, mejor aún, de un episodio inédito de Aquí no hay quien viva, donde Feijóo hace de Mariano Rajoy 2.0, y Sánchez, vestido de dictador supremo, gobierna el país con la misma impunidad con la que Antonio Recio manejaba su negocio de pescadería. El escenario está claro: España es un patio de vecinos donde todo se decide en base a rumores, miradas de soslayo y alguna que otra conspiración de vecinos cotillas.

El rumor como arma de destrucción política

Feijóo, claramente inspirado en las novelas de espías y en el mejor estilo de la rumorología castiza, se ha lanzado a la palestra mediática con una insinuación digna de las telenovelas venezolanas: “Se rumorea”. Porque, claro, en política, lo que se rumorea es casi tan importante como la realidad. De hecho, es posible que el próximo debate entre estos dos líderes incluya secciones como: ¿Qué dicen los rumores sobre usted? o El chisme de la semana.

Pedro Sánchez, por su parte, ha respondido con una mezcla de estoicismo zen y la seguridad de quien sabe que no hay nada mejor que un buen rumor para subir en las encuestas. Mientras Feijóo insinuaba una España de caudillos y banderas ondeando al viento, Sánchez se acomodaba en su sillón presidencial, pensando probablemente en cómo añadir este título de líder supremo a su currículum. Después de todo, ¿quién necesita que te llamen “presidente” cuando puedes ser el nuevo El Jefe? Suena a película de acción, y España bien podría ser el plató.

La nostalgia política: Franco y otros fantasmas

Lo más curioso del comentario de Feijóo no es tanto la insinuación de un poder absoluto en Sánchez, sino la referencia a la “era de Franco”. Al parecer, los políticos españoles tienen una relación extraña con la historia: cuando se quedan sin argumentos, siempre es bueno tirar de los fantasmas del pasado. Ya sea para asustar o para reavivar viejas heridas, mencionar a Franco es el comodín perfecto. Es como cuando en una discusión familiar alguien menciona ese incidente del que nadie quiere hablar. Silencio incómodo, todos miran al suelo, y, de repente, el tono de la conversación cambia.

Por supuesto, Sánchez, que no es tonto, habrá recibido el comentario con la misma gracia que cuando le dicen que las elecciones le van mal y sigue ganando. Quizá se levantó de su asiento, miró a Feijóo a los ojos y le respondió: “¡Gracias! ¡Siempre quise ser un dictador del siglo XXI!”. Tal vez no lo dijo, pero en nuestra imaginación lo hizo con una gran capa roja al viento.

¿Y ahora qué?

La política española sigue siendo, en esencia, una tragicomedia. Con los líderes jugando al Juego de Tronos de pacotilla, donde los rumores valen más que los hechos y las referencias históricas son utilizadas como armas arrojadizas, lo único que nos queda es agarrar las palomitas y disfrutar del espectáculo. Al final del día, el ciudadano medio sabe que lo único seguro es que, pase lo que pase, siempre habrá alguien dispuesto a sacar a relucir el fantasma de Franco, el rumor del día o la última encuesta de intención de voto.

Así que, queridos lectores, la próxima vez que escuchen a algún político español hablar, recuerden: no importa lo que digan, lo importante es cómo lo dicen. Y si hay rumores de por medio, mejor aún.

2 valoraciones, 2 votos2 valoraciones, 2 votos +2 con 2 votos
Necesitas registrarte/identificarte para votar/opinar
Cargando...

Deja un comentario