SUMAR, el emergente partido político de España, ha presentado una propuesta ambiciosa, la ‘Herencia Universal’. En papel, puede parecer atractiva: una cantidad económica de 20.000 euros entregada a los jóvenes al cumplir la mayoría de edad, financiada por impuestos a grandes patrimonios o rentas12.
Pero, ¿esta medida promoverá la igualdad de oportunidades o, por el contrario, desincentivará el emprendimiento y distorsionará los principios democráticos? En este artículo analizamos estos aspectos bajo un enfoque crítico.
Para empezar, la propuesta se basa en las teorías económicas de Thomas Piketty y Tony Atkinson, que defienden políticas redistributivas de la riqueza. El objetivo es corregir las desigualdades desde un inicio, como las dificultades para acceder a una vivienda. Sin embargo, la herencia universal podría desincentivar el emprendimiento entre los jóvenes.
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Otro punto crítico es la financiación de esta herencia. Se propone gravar a los grandes patrimonios o rentas.
Esta medida podría desalentar la acumulación de riqueza y la inversión, elementos esenciales para el crecimiento económico. Además, gravar más a los ricos puede llevar a la fuga de capitales, lo que reduciría la base imponible y, por lo tanto, los ingresos fiscales.
Finalmente, la propuesta puede distorsionar la democracia. Con la promesa de una “herencia universal”, SUMAR podría atraer a un gran número de jóvenes votantes. Pero esto también puede generar una dependencia de los ciudadanos hacia el gobierno y la política de donaciones, lo que no es saludable para una democracia vibrante y competitiva.
En resumen, la herencia universal presentada por SUMAR es una propuesta polémica. Aunque su objetivo de corregir las desigualdades es loable, sus posibles efectos secundarios sobre el emprendimiento, la economía y la democracia deben ser cuidadosamente considerados.
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