La DANA de Discursos: Lluvias Torrenciales de Críticas y Promesas

La DANA ha sido la protagonista indiscutida de esta semana, pero no por las lluvias torrenciales que arrasaron parte de España, sino por la tormenta política que ha desatado en el Congreso. Alberto Núñez Feijóo, el líder del PP, no ha perdido la oportunidad para apuntar al Gobierno, asegurando que Pedro Sánchez, al comparecer en el Parlamento, no lo hacía para dar explicaciones sobre la catástrofe, sino para “cubrirse de la peste de la corrupción”. Así, mientras el agua caía sobre Valencia, Feijóo prefería mojarse con las palabras, asegurando que la gestión del Ejecutivo era como un paraguas que se olvidó de abrir.

Con un par de preguntas retóricas, Feijóo trató de resolver el misterio: “¿Sabían lo que iba a pasar y no hicieron nada, o se enteraron tarde y todo se empeoró?” Una incógnita que, según él, debe ser resuelta cuanto antes, aunque nadie sabe muy bien qué tipo de respuesta política podría calmar la tormenta real que asoló las regiones afectadas. Feijóo también aprovechó para lanzar una flecha al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, preguntando con tono severo si la falta de declaración de emergencia nacional era un simple error de cálculo o una omisión deliberada.

Pero la lluvia no cesa, y Pedro Sánchez, con la calma que le caracteriza, se presentó en el Congreso para responder a las críticas. Aseguró que la respuesta del Gobierno fue la correcta, un trabajo coordinado entre administraciones que, claro, no se puede entender si uno está más concentrado en los informes meteorológicos que en las intrincadas dinámicas de la política nacional. Al fin y al cabo, como bien sabemos, los desastres naturales no siguen el guion de ningún partido.

No contento con el ritmo que Feijóo le había marcado, Santiago Abascal, líder de Vox, se subió al escenario para darle aún más dramatismo al show. Según él, Sánchez no es sólo responsable de la DANA, sino de “una macrorred de corrupción económica, política y moral”. Eso sí, el guion de Abascal incluía una promesa de redención para los “damnificados por Sánchez”, quienes serían, según él, indultados y resarcidos por Vox en el futuro. Un tipo de reparación que, claro, no se puede pedir con el mismo fervor que el rescate a las víctimas de la tormenta, pero ya se sabe: la política también tiene su propio clima.

Mientras tanto, los ciudadanos de las zonas afectadas siguen a la espera de soluciones y recursos, a ver si la tormenta política puede finalmente despejarse para dar paso a algo más concreto que las palabras. Al final, parece que tanto los debates en el Congreso como las lluvias de la DANA dejan una verdad universal: a veces la política es el verdadero fenómeno meteorológico que nos golpea de lleno.

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