En el mundo de la publicidad todo vale, y parece que el Ministerio de Transportes ha decidido que la mejor manera de promocionar el transporte público es convertir la estación de trenes de Aranjuez en la nueva estrella de su último anuncio. Y no, no estamos hablando de una simple aparición de fondo. ¡No! La estación de Aranjuez aparece en varios momentos, como si de repente fuera el escenario perfecto para hacer creer a los españoles que nuestro sistema ferroviario es una especie de utopía sobre raíles.
El anuncio, que algunos ya han comparado con un tráiler de película épica, muestra la histórica estación bajo una luz casi celestial. Entre los planos perfectamente iluminados y las tomas de trenes que siempre llegan puntuales, parece que estamos viendo el “Renfe Cinematic Universe”. Mientras los trenes deslizan suavemente sus ruedas sobre las vías, todo en la estación de Aranjuez luce perfecto: ni un retraso, ni un aviso de “el tren con destino a su trabajo tiene un retraso indefinido”. Es casi como si el Ministerio hubiese decidido que lo mejor para arreglar la percepción del transporte público es, simplemente, crear una realidad alternativa.
La polémica no tarda en llegar… por los que realmente viajan
Por supuesto, los usuarios habituales de Renfe, esos guerreros del día a día que sobreviven a los trenes con retraso, las aglomeraciones y los misteriosos cambios de última hora, no han tardado en expresar su opinión sobre el anuncio. Y es que la experiencia en Aranjuez no es precisamente la del anuncio de cuento de hadas. Para muchos, la estación es el lugar donde la paciencia va a morir. En lugar de esos trenes brillantes y puntuales, lo que los viajeros suelen encontrarse son trenes llenos hasta las puertas, retrasos inexplicables y un servicio que podría calificarse, como mínimo, de “peculiar”.
“¿Dónde están los trenes que yo tomo?”, se preguntarán algunos, mientras observan con incredulidad cómo, en el anuncio, el viaje en tren parece una experiencia casi espiritual. Mientras tanto, en la vida real, las personas siguen llegando tarde a sus trabajos, con la emoción de un viaje que nunca se sabe si terminará en su destino o en alguna parada perdida en el limbo ferroviario.
Un guiño histórico… ¿o una treta publicitaria?
Algunos defensores del anuncio argumentarán que elegir la estación de Aranjuez tiene un valor simbólico: es una de las estaciones históricas más emblemáticas de España, que data del siglo XIX, cuando los trenes eran la gran promesa del progreso. Pero lo que en realidad muchos se preguntan es si el Ministerio eligió esta estación precisamente porque la historia es lo único que parece funcionar a la perfección allí.
Es irónico que en este anuncio, donde el tren avanza sin problemas por las vías, las dificultades cotidianas de los usuarios parecen haber sido editadas fuera de la realidad. Quizá los guionistas de este spot hayan pensado que no había nada mejor que una dosis de nostalgia ferroviaria para hacernos olvidar los problemas actuales. Al final, ¿quién no querría subirse a un tren si parece sacado de una novela de aventuras del siglo XIX?
La estación de los sueños… y los retrasos
En resumen, el Ministerio de Transportes ha creado una especie de “estación de los sueños” en Aranjuez, donde los trenes siempre funcionan a la perfección y los viajeros sonríen felices. Una estación que probablemente solo exista en el universo paralelo de los anuncios. Para los viajeros del día a día, en cambio, la estación de Aranjuez sigue siendo ese punto donde la paciencia se pone a prueba y los trenes no siempre llegan como deberían. Pero, ¡oye!, al menos en el mundo de la publicidad todo parece ir sobre ruedas… literalmente.
Mientras tanto, los usuarios reales siguen esperando su tren… con retraso, claro.
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