En un giro digno de las mejores telenovelas, Ana Millán, la número 3 del Partido Popular en Madrid, exalcaldesa de Arroyomolinos y ahora estrella indiscutible del drama político, se encuentra en el ojo del huracán judicial. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha decidido abrir diligencias contra ella por presunta prevaricación, cohecho, tráfico de influencias y fraude. ¿El motivo? Unos contratos supuestamente irregulares, unos pagos un tanto misteriosos y un ático de lujo que parece salido de una trama de “Dynasty”.
El telón se levanta: ¿De qué va el drama?
La historia comienza en Arroyomolinos, un pequeño municipio donde Ana Millán ejercía como alcaldesa. Bajo su mandato, se adjudicaron varios contratos a empresas vinculadas con un tal Francisco Roselló, un empresario que parece tener más conexiones que un router WiFi. La Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, en su mejor estilo de CSI, empezó a notar ciertas irregularidades en la manera en que estos contratos se estaban repartiendo. Vamos, que no era casualidad que siempre ganara la misma empresa, sino que más bien era como si el concurso estuviera amañado desde el principio.
Pero no todo termina ahí. Resulta que, en plena faena como alcaldesa, Ana Millán habría recibido más de 51.000 euros en pagos misteriosos que, según los investigadores, fueron destinados a cubrir el alquiler de un ático de lujo con opción a compra. Eso sí, el ático no solo fue su residencia temporal, sino que aparentemente lo subarrendó a una empresa llamada Neverland Eventos. Una jugada maestra, casi como sacada de un manual de negocios turbios.
Los secundarios también tienen su momento de gloria
En esta trama, Ana no está sola. Su hermana, que parece haber seguido el camino del emprendimiento pero en otra dirección, recibió pagos por más de 88.000 euros de las empresas de Roselló. Por si fuera poco, la pareja de Millán también aparece en los documentos judiciales, habiendo recibido más de 37.000 euros de una Unión Temporal de Empresas (UTE) vinculada a Roselló. ¡Toda una familia que hace negocios junta, se mantiene unida!
Y si creías que esto ya era suficiente para un buen drama, espera, porque aún hay más. Las investigaciones revelaron que la cuenta bancaria de Millán registró ingresos en efectivo cuyo origen es tan misterioso como el final de “Lost”. Entre 2008 y 2014, sumaron más de 42.000 euros. Ella, en su defensa, asegura que todo es perfectamente legítimo, pero los investigadores parecen no estar convencidos.
El juicio final: ¿Cómo terminará esta historia?
Lo cierto es que, a pesar de que las diligencias acaban de abrirse, ya se ha hecho suficiente ruido para que los espectadores —perdón, los votantes— estén atentos a cómo se desarrollará este nuevo capítulo de la política madrileña. La Fiscalía Superior de la Comunidad de Madrid tiene ahora en sus manos decidir si esta trama merece un desenlace en los tribunales o si Ana Millán podrá seguir protagonizando la política local con la misma energía que antes.
Mientras tanto, no queda más que esperar para ver si el próximo episodio trae más revelaciones escandalosas, o si, por el contrario, el guion da un giro inesperado que exculpe a Millán. En cualquier caso, lo que está claro es que la política madrileña sigue ofreciendo más entretenimiento que cualquier reality show.