La televisión en abierto parece haberse dado cuenta de algo: los jóvenes ya no la ven. Entre TikTok, YouTube y plataformas de streaming, la caja tonta ha dejado de ser el epicentro del entretenimiento juvenil. Pero, ¿es posible revertir esta tendencia? La reciente aparición de la influencer Lolalolita en ‘El Hormiguero’ ha avivado el debate: ¿un intento de seducir a la generación Z o una estrategia desesperada de la TV para evitar su fecha de caducidad?
La televisión en busca del trending topic
Durante años, programas como ‘El Hormiguero’ han contado con celebridades tradicionales del cine, la música o el deporte. Sin embargo, la irrupción de creadores de contenido en prime time indica un cambio en las estrategias de audiencia. Lolalolita, con millones de seguidores en redes sociales, representa a una nueva generación de famosos que no necesitan de la tele para brillar. Pero, ¿necesita la tele de ellos para seguir siendo relevante?
La estrategia parece clara: si los jóvenes ya no vienen a la televisión, la televisión irá a ellos. Pero el problema radica en si estos intentos son suficientes o simplemente un parche temporal para una industria que se resiste a evolucionar.
El peligro del anclaje en el pasado
El dilema que enfrenta la televisión es que sus formatos han cambiado poco mientras el consumo audiovisual ha dado un giro radical. Los ritmos pausados y las entrevistas largas contrastan con la inmediatez y la interacción directa que ofrecen plataformas como Twitch o TikTok. Los jóvenes ya no se conforman con ser espectadores pasivos, quieren participar, comentar y, sobre todo, elegir qué y cuándo ver.
En este contexto, las cadenas de televisión se encuentran en un punto crítico: adaptarse o resignarse a ver cómo su audiencia envejece sin renovarse. Intentos como la aparición de influencers en programas de prime time pueden generar picos de audiencia, pero no garantizan fidelización.
¿Realmente los jóvenes volverán a la tele?
La gran pregunta es si esta estrategia tendrá algún impacto real en la manera en que los jóvenes consumen contenido. La realidad es que, aunque un influencer pueda atraer puntualmente a su comunidad a un programa de televisión, esto no significa que vayan a convertirse en espectadores habituales de la cadena.
Tal vez la clave no esté en forzar la presencia de estrellas digitales en medios tradicionales, sino en que la televisión aprenda de la dinámica digital y se reinvente desde dentro. Hasta entonces, estos movimientos podrían ser solo un parche ante la inevitable transformación del consumo audiovisual.