El Consejo Europeo que se celebra este jueves en Bruselas tiene en su agenda el plan de seguridad y defensa de la Unión Europea, un tema clave en el contexto geopolítico actual. En este marco, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha expresado su desacuerdo con el uso del término “rearme”, empleado recientemente por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
A su llegada a la capital comunitaria, Sánchez manifestó su rechazo a esta palabra, argumentando que no refleja adecuadamente el mensaje que debe transmitirse a la ciudadanía europea. “El término rearme no me gusta en absoluto. No comparto ese término. Creo que tenemos que hablar de otra manera y dirigirnos a los ciudadanos de otra manera cuando hablamos de la necesidad de mejorar la seguridad y las capacidades de defensa europeas”, afirmó ante los medios de comunicación.
Las declaraciones del presidente español llegan en un momento de intensa discusión sobre la política de defensa común de la UE, en medio del conflicto en Ucrania y de la creciente presión internacional para que Europa refuerce su capacidad militar. Sánchez reiteró el apoyo de España a Ucrania, subrayando la importancia de proporcionar a su Gobierno mayores capacidades militares para hacer frente a la agresión de Rusia.
En esta línea, Sánchez también anunció su respaldo a la propuesta de Finlandia, que busca que Europa desempeñe un papel más activo en las negociaciones de paz entre Ucrania, Estados Unidos y Rusia. “Europa tiene que estar en la mesa”, sostuvo el mandatario español, señalando que la UE no puede limitarse a ser un actor secundario en un conflicto que afecta directamente a su estabilidad y seguridad.
Más allá del conflicto en Ucrania, Sánchez enfatizó la necesidad de fortalecer otros aspectos de la seguridad en la Unión Europea. “Tenemos que fortalecer nuestros controles de frontera, nuestras capacidades para luchar contra el terrorismo y mejorar nuestra preparación ante ataques cibernéticos y ataques híbridos”, explicó el presidente. Estas declaraciones reflejan la creciente preocupación por los desafíos en materia de defensa que enfrenta el bloque comunitario y la necesidad de abordar estos problemas con una estrategia coordinada y eficiente.
El debate sobre la seguridad y la defensa europea sigue siendo uno de los temas más controvertidos dentro de la UE. Mientras algunos líderes defienden una estrategia de refuerzo militar explícito, otros, como Sánchez, buscan matizar el discurso y enfocarlo en la mejora de capacidades sin recurrir a términos que puedan generar alarma o interpretaciones erróneas. Su postura busca equilibrar la necesidad de fortalecer la defensa con la importancia de mantener un mensaje adecuado para la ciudadanía europea.
La cumbre de Bruselas será clave para definir el rumbo de la política de defensa de la UE en los próximos años. El papel de España en estas discusiones, así como su insistencia en un enfoque más diplomático y menos agresivo en la narrativa, marcará su posición dentro del bloque y en la escena internacional.