El profesor de Ingeniería Hidráulica y Medio Ambiente de la Universitat Politècnica de València (UPV), Juan Bautista Marco Segura, ha comparecido en el Senado en la comisión de investigación sobre la DANA que afectó a la Comunidad Valenciana en octubre de 2024. Durante su intervención, ha desmentido que la presa de Forata estuviera en un “riesgo grave”, contradiciendo así algunos de los argumentos esgrimidos por el Partido Popular en relación con la gestión de la catástrofe.
Según Bautista Marco, la presa de Forata, construida en hormigón y de tipología de gravedad, no llegó siquiera a verter por coronación ni al límite del aliviadero. Además, ha explicado que las compuertas de un embalse están diseñadas para abrirse en situaciones de crecida y que no hacerlo podría generar un peligro mayor. En su análisis, el experto ha subrayado que este tipo de infraestructuras, si están bien gestionadas y diseñadas de manera segura, no deberían haber supuesto un problema durante el episodio de lluvias torrenciales que provocó graves daños en la región.
Uno de los puntos más controvertidos abordados en la comisión ha sido la responsabilidad en la limpieza del barranco del Poyo. El Partido Popular ha argumentado que una mayor frecuencia en la limpieza del cauce podría haber reducido los efectos devastadores de la DANA. Sin embargo, el experto ha rechazado esta hipótesis, asegurando que el arrastre de cañas tuvo una importancia nula en el impacto de la crecida debido a la velocidad y volumen del agua. En su exposición, explicó que las cañas se tumban y se rompen con la fuerza del agua y que su presencia no habría influido significativamente en la magnitud de la catástrofe. Además, destacó que los puentes no colapsan por la acumulación de cañas, sino por problemas en la cimentación y los estribos.
El análisis de Bautista Marco también incluyó una reflexión sobre la infraestructura hidráulica de València y su impacto en la protección de la ciudad. Según su valoración, el desvío del río Turia evitó la inundación del sector sur de la ciudad, aunque no habría afectado directamente al centro. Asimismo, explicó que el barranco del Poyo presenta un relieve inverso, lo que significa que el agua desborda pero no regresa al cauce, sino que se extiende por los laterales, complicando la gestión de las crecidas.
El profesor también ha señalado la importancia de un enfoque equilibrado en la gestión del riesgo de inundaciones. En este sentido, ha enfatizado que la prevención de pérdidas humanas requiere herramientas distintas a las utilizadas para reducir daños materiales, por lo que ambos aspectos deben ser contemplados en la planificación de emergencias. Durante su intervención, Bautista Marco advirtió sobre la peligrosidad de evacuar en medio de una crecida, ya que esto incrementa el riesgo para la población. Como ejemplo, relató que en el momento de la DANA alertó a su propio hijo, que se encontraba en la zona afectada, para que no se moviera de su casa y evitara exponerse a un peligro mayor.
Otro aspecto que el experto puso sobre la mesa fue la falta de coordinación en la gestión de la crisis. Criticó que, a pesar de la existencia de infraestructuras como el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH), no se transmitiera la información de manera efectiva a la población. En su intervención, cuestionó cómo era posible que la Confederación Hidrográfica no tuviera modelos predictivos basados en los datos disponibles. En este sentido, recalcó que, aunque la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) proporciona predicciones, el sistema de alertas puede y debe mejorarse para evitar futuras tragedias.
El catedrático Félix Ramón Francés García, también presente en la comisión, apoyó la necesidad de reforzar la planificación territorial en materia de prevención de inundaciones. Explicó que existen distintas maneras de reducir el riesgo, desde ampliar infraestructuras hasta implementar estrategias no estructurales que disminuyan la vulnerabilidad de la población. Sin embargo, advirtió que la inversión en infraestructuras es costosa y requiere una priorización adecuada a nivel nacional.
Finalmente, ambos expertos coincidieron en que el cambio climático está provocando un aumento en la frecuencia de episodios meteorológicos extremos. Bautista Marco señaló que el incremento de la temperatura es una realidad constatada y que, aunque eventos como la DANA han ocurrido en el pasado, su recurrencia podría aumentar en el futuro. Asimismo, destacó que, aunque la Ley de la Huerta de València es necesaria, debe contemplar las precauciones adecuadas para permitir la ejecución de obras esenciales para la seguridad de la población.
Las conclusiones de la comisión de investigación servirán para evaluar posibles mejoras en la gestión del riesgo de inundaciones y en la coordinación entre administraciones. La falta de previsión y respuesta ante la DANA de 2024 ha evidenciado la necesidad de optimizar los sistemas de alerta y reforzar las infraestructuras para minimizar los daños en futuros episodios de lluvias extremas.