El reloj sigue corriendo en la mesa de diálogo social sobre la reducción de la jornada laboral, y Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, parece estar cansada de esperar el movimiento de la patronal. En una situación digna de una partida de ajedrez interminable, la CEOE ha decidido tomarse su tiempo –demasiado, diría Díaz– tras recibir la última propuesta del Ministerio de Trabajo. “Es la primera vez que no responden a nada”, afirmó Díaz, como si estuviera esperando a que la CEOE, al menos, se dignara a decir un tímido “no gracias”.
La propuesta del Gobierno es clara: reducir la jornada laboral a 37,5 horas en 2025 sin que las pequeñas empresas, las protagonistas del Plan Pyme 375, se vean afectadas en su productividad. Todo esto con bonificaciones incluidas, porque quién no quiere un incentivo. Pero, al parecer, la patronal prefiere hacerse la difícil, sin responder y dejando que la mesa de diálogo se acerque peligrosamente a su fin.
Díaz, sin perder la compostura, ya tiene todo preparado para enviar el tema directamente al Congreso de los Diputados. Porque, claro, si la CEOE no quiere mover ficha, el juego sigue igual. Ella ya lo ha dejado claro: la mesa está “en el carril de salida hacia el Congreso”, y el tren no espera.
La patronal, mientras tanto, parece atrapada en una diatriba existencial: ¿defender los intereses de las empresas o hacer política? Díaz, siempre con una sonrisa cargada de ironía, sugiere que la CEOE se decida de una vez, porque la propuesta está lista y el tiempo se agota. Y si no quieren hablar ahora, ya tendrán oportunidad de hacerlo cuando el asunto llegue al Congreso.
Al final, el tablero de la reducción de jornada parece inclinarse a favor de Díaz, que aunque sigue tendiendo la mano al diálogo, avisa: la partida no espera a quien no quiere jugar.