La intrigante reunión en Bruselas entre Yolanda Díaz y Carles Puigdemont y cómo este encuentro podría redefinir el tablero político en España y Cataluña.
Esto es lo que pasa cuando los actores secundarios intentan convertirse en protagonistas. Yolanda Díaz, la vicepresidenta en funciones, decide coger un avión y darse una escapadita a Bruselas. Su cita: Carles Puigdemont, el eterno expresidente catalán que se cree Nelson Mandela.
No se engañen, amigos, esto no es un acto de valentía. Es un acto de desesperación encubierto como “soluciones democráticas para desbloquear el conflicto político” en Cataluña. Por favor, ¿desde cuándo Díaz es una emisaria de paz y entendimiento?
Pedro Sánchez dice que es hora de “pasar página” en Cataluña. Claro, porque las páginas se pasan como si se tratara de una revista del corazón. ¿Y dónde queda Feijóo? Oh, el pobre está ocupado contando los votos que no tiene. Y por si fuera poco, tiene una cita romántica con Santiago Abascal. ¡Qué emocionante!
El PSOE se desvincula de la cita en Bruselas, por supuesto. Díaz, según ellos, no fue como representante del Gobierno. Claro, y yo soy la reencarnación de Julio César.
Si este es el nuevo paradigma de la política española, si estos son los actores que deciden el futuro de una nación, entonces estamos destinados al caos.
Sí, hoy Feijóo se verá con Santiago Abascal. ¿Qué pueden hablar dos hombres que parecen sacados de una novela de espías barata? Probablemente de cómo mantenernos a todos en vilo, porque a fin de cuentas, eso es lo que mejor saben hacer.
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